La comunidad de la Calera situada en el cantón Cotacachi, celebra la fiesta de la madre tierra
“INTI RAYMI, FIESTA,
COSTUMBRE Y TRADICIÓN”
La
comunidad indígena, Calera, en el cantón Cotacachi, inició las fiestas del Inti
Raymi el 22 de junio, con el baño ritual que se realiza cada año como tradición
y costumbre.
Eran las 20:00, el frío acompañaba la noche, e iniciaba la concentración de la población indígena en el parque central de la
comunidad. La fiesta comenzó mencionaron, bastaron diez minutos y el parque se
había convertido en la casa de un grupo de indígenas que bailaban alrededor de
un circulo, al poco tiempo inició el recorrido. Cada casa indígena tenía
preparado alimentos cosechados por la madre tierra: maíz el principal
protagonista de esta fiesta, unía lazos de festejo con el sol, esta unión da
fruto al maíz, alimento sagrado en la comunidad indígena.
San
Juan se celebra el 24 y 25 de junio, en este día solo bailan las comunidades
del cantón Cotacachi alrededor de la plaza durante horarios específicos por
cada comunidad. San Pedro, se baila los días 29 y 30 de junio, pero aquí se
entregan las comunidades tanto de Otavalo, Atuntaqui, Cayambe y Natabuela. El
último día de festejo se realiza el 31 de junio, con el baile de mujeres indígenas
alrededor de la plaza. Existen comunidades aliadas a Calera como es el caso de
Batan y Cercado, estas comunidades se mantienen unidas en caso de que surja
algún conflicto en la plaza los días de baile.
Cada
hogar recibe a los bailarines con alimentos como: cuy, caldo de gallina, mote y
papas acompañado de cerveza y la conocida chicha, la misma que es preparada con
maíz y cebada, con un tiempo de fermentación, de tal modo que al mezclar con
puro tenga un sabor, dulce. Cesar Flores, bailarín del grupo Calera, manifestó
que el ritual tiene como objeto llenar de nuevas energías a los que bailan los
días de fiesta que inician el 22 con el baño ritual, el 23 descanso general de
la comunidad para así el día 24 y 25 del mes de junio bailar alrededor de la
plaza, en parque central del cantón.
El
ritual consta de un baño en el río Ambi situado a 10 kilómetros de la comunidad
la Calera, que se realiza a las 12 de la noche.
Eran
las 23:00 de la noche, faltaba poco para bajar a la vertiente, el Presidente de
la comunidad, Ernesto Guitarra, daba
las últimas indicaciones a su comunidad a las cuales deben regirse, caso
contrario las autoridades policiales tomarán cartas en el asunto; las reglas
eran: el respeto entre todos, para
evitar conflictos con las otras comunidades aledañas de Cotacachi, bajar con el debido cuidado hacia el río,
tomar conscientemente y sobre todo los
días de la toma de la plaza respetar a las comunidades que estén bailando,
y tener en cuenta el horario y a los capitanes que deben obedecer.

Faltaban
15 minutos para las 24h00, todos bailaban alrededor de la casa Comunal de la
Calera, las familias entregaban recipientes de comida como papas con berro y
cuy. La música no podía faltar, al ritmo del caracol y del rondín todos los
indígenas zapateaban con fuerza y energía con una frase peculiar que decía
“sacando polvo”. Era hora de empezar la ruta del ritual, bajar un camino de
piedras, hasta llegar al río, lleno de polvo, todos cantaban y bailaban sin
importar lo complicado que sea el camino.
Tomó
10 minutos la llegada al río, mientras seguía el baile en forma de circulo, se
formaban grupos de cuatro personas las cuales en su mano derecha llevaban un
ramo de ortiga, iniciaba el baño que no duraba menos de cinco minutos, y
seguidamente la ortigada. Este hecho representa la fuerza que cada indígena o
persona mestiza obtiene para bailar los días 24 y 25 de junio. Es considerado que el día 22 de junio, es el único día de agua purificada de los 365
días del año, por esto es importante que los indígenas se bañen y purifiquen su
cuerpo con esta agua pura.
Tras
una hora de baño de purificación, continúa la trayectoria de los indígenas alrededor de la comunidad, el
baile no termina en toda la noche según Cesar Morales quien manifiesta que de
eso se trata esta fiesta de bailar toda la noche y festejar, con el ritmo del
churo y el rondín. Obtener energía de la madre tierra y de este modo tomar
energía para la nueva cosecha del año.

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